Amar no es poseer, amar es respetar la libertad del otro hasta las últimas consecuencias.
Si queremos, podemos mejorar nuestra relación con pequeños/grandes cambios; respetándolos, escuchándolos y observando lo que no soportan:
1- QUE LOS ABRACEMOS Y LOS BESEMOS EXCESIVAMENTE.
La próxima vez que lo hagas, si eres de los que abraza y besa mucho, observa la reacción de tu compañero.
Cuando no les gusta, lo demuestran con señales de calma, como relamerse mucho y bostezar, porque les suele provocar bloqueo y sumisión.
2- QUE NO LES DEJEMOS OLFATEAR CUANDO SALIMOS DE PASEO.
Hablamos de los paseos exprés. Nosotros tenemos prisa y esperamos que hagan sus necesidades rápidamente para volver a casa y ellos quieren pararse a olerlo todo. ¿A quién no le ha pasado?
3- QUE LOS DISFRACEMOS.
Una cosa es ponerle un abrigo si tiene frío o un chubasquero si llueve mucho, pero de ahí a ponerle un disfraz…
Normalmente a los perros no les suele gustar que les pongamos nada, y menos un disfraz. Pensemos más en ellos que en nosotros.
4- QUE LES LANCEMOS LA PELOTA INCONTROLADAMENTE
Hay que saber controlar los tiempos de juego y saber cuándo es el momento de acabarlo.
5- QUE LES HABLEMOS Y HABLEMOS SIN PARAR.
Para que nos puedan entender hemos de usar el lenguaje corporal, acompañado de señales, palabras cortas o algún sonido que les ayude a entendernos.
6- QUE SE ACERQUEN A ACARICIARLES PERSONAS QUE NO CONOCEN.
Lo ideal, antes de acariciar a un perro directamente, es preguntar a la persona que le acompaña, actuar con calma, dejar que nos huela y nos dé su aprobación para que lo acariciemos; entonces, sí, acariciémoslos con cariño y amor.
7- QUE NO TENGAN RUTINAS.
Los perros son animales de costumbres como los humanos; las rutinas hacen que se sientan tranquilos, cómodos y seguros.
8.- QUE LOS DEJEMOS SOLOS Y CUANDO LLEGUEMOS A CASA NO LES HAGAMOS CASO.
Adoran estar con nosotros siempre. No les suele gustar quedarse solos y han de adaptarse a los horarios en los que estamos fuera de casa. Cuando regresamos, nos miran y nos siguen para que les digamos algo y les dediquemos un tiempo.
RESUMIENDO:
Nadie mejor que nosotros, que somos sus compañeros de vida, para saber y conocer a nuestros fieles amigos. Tan solo observándolos un rato cada día, sin distracciones, ellos nos mostrarán lo que les gusta y lo que les disgusta.
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